¿Alguna vez llegaste a un blog por recomendación del blog de alguien a quien admiras o compartes sus ideas? Bueno, pues así me pasó a mi. De vez en cuando leo el blog de Ricardo Medina Macias llamado Ideas al Vuelo. Alguna ocasión Ricardo recomendó el blog de Ramón Mier y por curiosidad lo leí. Por los comentarios que puse en su blog llegamos a intercambiar opiniones y él puso a este blog en su lista de lecturas, hasta que un día no le gustó el contenido y me lo reclamó. ¿Qué no le gustó? La comparación de Cristina Kirshner que en Argentina había estatizado los fondos de retiro con Vicente Fox que hizo lo mismo cuando se apropió de 23 mil millones de pesos que nadie reclamo. El tipo me llenó de insultos por atacar a un Presidente emanado del PAN. Me di cuenta que el tipo era un fanático.
Luego el agregador de contactos lo incluyó en mis amigos de Facebook y confirme que era un fanático intolerante. ¿No pensarías que es inmaduro quien pone una encuesta preguntando a sus contactos de Facebook si desean que AMLO se contagie de gonorrea o influenza? ¿Cómo es posible que quien se considera liberal sea así de intolerante?
Para muestra un botón, esto es lo que publica en su blog:
“¡Qué influenza ni que ocho cuartos, vamos a seguir adelnate hasta que haya democracia!” - AMLO odio. (Del lat. odĭum). 1. m. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.
Puede haber razones para el odio. No es gratuita la profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad y repulsión que me provoca el Peje.
Mi odio, como suele suceder, tiene su origen en el miedo. El miedo que tengo a que un político oportunista, megalómano, autoritario, irresponsable, imprudente e incivil que es capaz, entre muchas otras cosas peores, de poner en riesgo a la salud de la gente con tal de “dar la nota” pueda gobernar a México.
Me sobran razones para desearle mal a un personaje como él.
A lo que con sobrada razón le contesté:
“Fear is the path to the Dark Side. Fear leads to anger. Anger leads to hate. Hate… leads to suffering. I sense much fear in you.” Master Yoda (Comment this) Escrito por: Jorge Ikeda at 2009/05/07 - 18:02:50
Y su respuesta:
Jorge Ikeda,
Recurrir a un argumento de autoridad es un error. El que la autoridad citada en la argumentación falaz sea un personaje de Star Wars es ridículo. (Comment this) Escrito por: Ramón Mier at 2009/05/07 - 18:36:34
No se puede ser liberal y mandar callar al otro. Tampoco se puede llamar ridículo a quien cita a un personaje de Star Wars simplemente porque tiene una frase célebre llena de razón. Para justificar lo anterior cito a John Stuart Mill aunque para él sea un error citar un argumento de autoridad.
Es extraño que los hombres admitan la validez de los argumentos en pro de la libertad de discusión y les repugne llevarlos a sus úlitmas consecuencias, sin advertir que las razones, si no son buenas para un caso extremo, no lo son para ninguno.
El odio fue la semilla de nazismo. Si algo debemos repudiar es la intolerancia que no es para nada compatible con el liberalismo. Vuelvo a citar a John Stuart Mill:
Y cuando en los sentimientos de un pueblo existe esa poderosa y permanente levadura de intolerancia, que en todo tiempo existió en la clase media de este país, se necesita poco para provocarle a perseguir activamente a aquellos que nunca dejó de considerar como dignos de persecusión.
Ahora Ramón Mier piensa que el odio es una virtud.
El odio es un sentimiento negativo, de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, situación o fenómeno,. El odiar supone el deseo de evitar, limitar o destruir aquello que se odia.
Por eso cuando alguien dice que es incapaz de sentir odio, que no odia a nadie o que no debemos de odiar a nadie, se que que estoy ante un imbécil, un hipócrita, un pusilánime o alguien que es las tres cosas al mismo tiempo.
Contrariamente a lo que la corrección política sugeriría el odio no es malo en sí mismo. El odiar es vicio o virtud en función de las razones para odiar (o la carencia de ellas). Existen cosas, personas, situaciones y fenómenos que merecen ser odiados y otras que no.
Hace poco leí la afirmación de que el odio “fue el origen del holocausto”, afirmación que funciona bien como cliché, pero no fue el odio “a secas” el origen del holocausto, sino el odio indiscriminado, ignorante, injustificable e irracional en contra del pueblo judío que promovía el nazismo. Si algo pudo poner fin al nazismo fue la antipatía y aversión que llegó a provocar así como el deseo de detenerlo. Si algo detuvo al nazismo fue el odio, un odio totalmente justificado.
Hay cosas, personas, fenómenos y situaciones que merecen ser odiadas. El odiar a todo aquello que se opone, niega o destruye nuestra vida como seres racionales es una virtud.
Finalmente le vuelvo a contestar citando a John Stuart Mill:
Sócrates fue condenado a muerte, pero la filosofía socrática se elevó como el sol en el cielo y espació su luz sobre todo el firmamento intelectual. Los cristianos fueron arrojados a los leones, pero la Iglesia cristiana se convirtió en un árbol magnífico y henchido de vida que superó a los más viejos y menos vigorosos secándoles con su sombra. Nuestra intolerancia meramente social no mata a nadie, no desarraiga ninguna opinión, pero induce a los hombres a desfigurarlas o a abstenerse de todo esfuerzo activo para su difusión.