Tijuana

Volé a Tijuana por vacaciones y el inicio de las vacaciones de la semana santa. El vuelo sin contratiempos, pero no pude dormir. Al llegar al destino, pasé al baño y mi esposa e hija se adelantaron en lo que cambiaba pesos por dólares en una casa de cambio. De repente me encuentro con un enorme tapón antes de las puertas que impiden el retorno a las salas de última espera. No entendía porqué no avanzaba la fila. Al salir de las puertas un funcionario público del Instituto Nacional de Migración detenía a todos los migrantes que llegaban al embudo. Tenía a más de cien personas detenidas. Delante de mi, dos muchachas enseñaronn sus nuevas credenciales de elector y fueron retenidas. Me cuestionaba si las credenciales eran falsas y cómo el eficiente funcionario público las había identificado. Sólo vi a un afrodescendiente entre los detenidos. A la mayoría, la nariz maya los delataba, incluyendo a las dos mujeres delante de mi.