Reflexiones sobre las elecciones de 2024

En principio debo hacer un Disclaimer o descargo de responsabilidad por dos razones; en primer lugar, mis opiniones han sido contaminadas por la “comentocracia” y en segundo lugar; vivo en una isla de sensatez, pues en mi ciudad, Cuernavaca, ganó el PAN.

La elección fue inequitativa, ilegal e inconstitucional. El presidente no solo intervino a favor de su candidata y denostó a la candidata de la oposición, sino que utilizó el presupuesto federal en su beneficio así como miles de servidores públicos mal llamados “Siervos de la Nación” para beneficiar a Morena. Tanto el Instituto Nacional Electoral, como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se hicieron de la vista gorda para permitir todas estas irregularidades y solo llegaron a amonestaciones públicas al presidente antes de corregir las anomalías.

Los narcotraficantes (“narco”, en adelante) intervinieron abierta y descaradamente en la elección. En Tamazula, Durango, pueblo en el que el “narco” perifoneó a plena luz del día y pidió que le devolvieran a los secuestrados de su bando; en ese poblado, Morena obtuvo 702 votos y los demás partidos cero votos. Se dice que el Presidente Municipal es cuñado de “El Chapo” y el representante del PAN era beneficiario de los programas gubernamentales, vamos, ni el representante del PAN votó por el partido que representaba.

Siento pena por mis conciudadanos que votaron por Morena y prefirieron la dádiva, la transferencia directa de dinero que comprarle medicinas a las mujeres y niños con cáncer, mejorar la seguridad pública u otras tantas carencias que padecemos todos y se sacrifican en aras de comprar lealtades y el voto corporativo. Algún opiniólogo dijo, si hay un padrón de 25 millones de beneficiarios de programas sociales, basta con que convenza a un familiar para obtener 50 millones de votos.

Hubo un voto oculto en favor de Morena, porque a las personas les avergonzaba que a pesar de los 180 mil muertos por la violencia y 800 mil muertos por el pésimo manejo de la epidemia del COVID, aún así, con la brújula moral convenientemente descompuesta, votaron por Morena; al fin y al cabo el voto es secreto.

Lo que se viene es mucho peor de lo que se había experimentado. Como dice Carlos Ugalde, se va a implementar, lo que Norberto Bobbio definió como neoliberalismo; libertad económica sin libertad política. El mejor modelo para ilustrar lo anterior es el chino. Se va a dejar prosperar a las empresas, pero no se va a tolerar la disidencia. O apoyas al Partido Comunista “Morena” o las puertas de la cárcel se abrirán de par en par. Se va a destruir la escalera que permite el ascenso al poder y ya no se va a permitir que ningún otro partido que no sea Morena llegue a la primera magistratura de la Nación.

A mis alumnos de derecho que votaron por Morena les digo que lo hicieron en contra de su propio interés, pues en el proyecto del actual presidente está desaparecer la Suprema Corte de Justicia de la Nación como la conocemos hoy en día y sustituirla por otra que anteponga los intereses del gobierno a los de los ciudadanos. Como dice Ferrajoli, no hay derecho sin garantía. ¿Quién los va a contratar para defenderlos si no hay mecanismos ni instituciones capaces de hacerlo? Si trabajaran para el Poder Judicial Federal, ¿quisieran ganar bien o ganarse los tres pesos que les va a ofrecer el gobierno? Ganar más es de vulgares ambiciosos.

Con la “Cuarta Transformación”, va a desaparecer el Estado de Derecho y se va a sustituir por el Estado de “Chueco”, por lo que es mejor estudiar “Chueco” que Derecho. De el nadie está por encima de la Ley se pasará al “influyentismo” de los años setenta y ochenta del siglo pasado. Es que yo soy “influyente” o mi “padrino” es fulano o sutano. De conocer el Derecho se pasará a conocer al Juez, a estar “conectado” o “enchufado” con los encargados de impartir justicia (im)parcial, impronta y nada expedita, bueno, dependiendo del “chivo” es el brinco. Ya no importará el título profesional, sino a quién se conoce o con quien se puede arreglar uno.