Ataque inminente

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Menuda declaración la de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum: “Estados Unidos no va a venir a México con los militares”. Y remató con un categórico: “Eso está absolutamente descartado”.

El asunto me recuerda al concepto de la Ventana de Overton (Overton window en inglés), ideado por el analista político Joseph P. Overton. Dicha teoría describe el rango de ideas, políticas o discursos que, en determinado momento histórico, se consideran socialmente aceptables o políticamente viables. El problema —o la belleza, según se mire— es que esta ventana no es fija: se desplaza. Lo que ayer parecía un disparate hoy puede convertirse en política oficial… y en el contexto de la relación México–Estados Unidos, los rieles de esa ventana se están moviendo a toda velocidad.

En días recientes, el presidente Trump impuso aranceles del 25 % a productos mexicanos, argumentando la inacción del gobierno mexicano frente al tráfico de fentanilo. Más aún, dejó entrever que, si México no actuaba, Estados Unidos lo haría por su cuenta.

Hoy, 8 de agosto de 2025, el Washington Post publica lo que asegura es una orden secreta firmada por Trump, instruyendo al Pentágono a emplear la fuerza contra cárteles del narcotráfico en América Latina. Según el diario, esta orden constituiría la base legal para que el ejército estadounidense lleve a cabo operaciones militares directas y unilaterales en el extranjero, sin la engorrosa necesidad de pasar por el Congreso —ese trámite tan incómodo para los presidentes con prisas de guerra.

Si las revelaciones del Washington Post son ciertas, estaríamos en la antesala de una acción unilateral que, inevitablemente, erosionaría la legitimidad del actual régimen mexicano. No olvidemos que tal acción conlleva, implícitamente, el reconocimiento internacional de una complicidad del gobierno con el narcotráfico. Algo no muy difícil de imaginar, considerando episodios recientes como el del señor Zhi Dong Zhang, capo de origen chino, quien logró “escaparse” de la Guardia Nacional mientras gozaba de arresto domiciliario, tras haber obtenido la medida de un juez… pese a que aguardaba en el Reclusorio Sur un proceso de extradición a Estados Unidos. Pura coincidencia, claro.