
De die in diem
El último día del Primer Congreso Internacional Norbeto Bobbio en Cuernavaca se presentó Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. En su ponencia presentó algunas tesis que se encuentran en el segundo ensayo de su obra Política y derecho, Derechos y garantías. Cinco ensayos latinoamericanos. Para el autor, America Latina ha optado por alguna de estas opciones: la democracia elitista o el populismo.
En la realidad latinoamericana han madurado dos alternativas de organización política aparentemente democráticas y opuestas entre sí: por una lado, en algunos países impera una tendencia hacia un modelo de democracia mínima o elitista, y por el otro, en otros Estados, en sentido opuesto, se consolidan regímenes populistas de supuesta o real ideología progresista.
Hoy inició el Primer Congreso Internacional Norberto Bobbio en Cuernavaca organizado por el CIDHEM. Con motivo del décimo aniversario luctuoso del historiador de las ideas turinés, la doctora Laura Baca tuvo a bien organizar el evento. César Cansino recordó que recientemente también se cumplieron 30 años de la publicación de El futuro de la democracia y en su opinión, Bobbio acertó en todas sus predicciones. En dicha obra, Bobbio citó unas palabras que aparecen en la película El Doctor Zivago de Boris Pasternack:
A partir de los lamentables acontecimientos del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, de donde desaparecieron 43 normalistas de Ayotzinapa, han surgido un sinfín de explicaciones sobre el porqué de la violencia. Desde la más inverosímil que asegura que los confundieron con miembros del cartel rival de “Los Rojos” hasta la más estúpida que asevera que la represión a los normalistas pretendía salvar la celebración del informe de la titular del DIF y esposa del Presidente Municipal. En un artículo de opinión titulado “La industria criminal en México” del diario El País, Guillermo Trejo explica que la delincuencia organizada requiere de una sociedad desarticulada para poder ejercer su dominio, entonces la represión contra los normalistas buscaba sembrar el terror para imponer la obediencia a las autoridades de facto. Hasta el momento es la razón que más se acerca a justificar lo injustificable. La hipótesis alternativa sería la de la irracionalidad de la violencia. Si Nietzsche viviera diría que no hay que preguntarse el porqué de la violencia, pues la violencia es el porqué. Una frase que invita a la reflexión, pero que no explica nada. Rene Girard en su obra La violencia y lo sagrado expone que cuando algo está fuera del dominio del hombre entra en el campo de lo sagrado.
Antier se conmemoró otro año del natalicio de Nietzsche. Por tal motivo la revista Nexos promocionó algunos textos que han sido publicados en sus páginas. En el texto “Nietzsche: Los últimos días” de José Carlos Castañeda, el autor dice que la noción de voluntad de poder es frecuentemente malinterpretada y confundida con la voluntad de dominio.
Querer algo presupone que tengo una representación de lo que deseo. Pero esta acepción está intelectualizada; reduce la idea de voluntad a la imagen de un combustible que se necesita cuando ya hemos hecho planes. (…) Se trata de un impulso insaciable, insondable, ininteligible, que carece de fin y de sentido, ciego e inagotable. En esencia, la voluntad sólo consiste en la repetición del apetecer. Desea desear. No elige objetos ni tiene capacidad de deliberar. Nunca se guía por una razón o una finalidad.
Este comentario fue retirado de la entrada anterior al blog para no trivializar un asunto tan grave, pero parece pertinente comentarlo en una entrada a parte. René Girard, en su obra La violencia y lo sagrado, habla del papel que juegan los dioses en la síntesis entre lo bueno y lo malo:
Existe un dios azteca, Xipe-Totec, cuyo culto deja especialmente manifiesto esta aptitud de la encarnación sagrada para ocupar todas las posiciones en el seno del sistema. A veces el dios se hace matar y desollar bajo las apariencias de la víctima que le sustituye, otras, al contrario, este mismo dios se encarna en el sacrificador; él es quien desuella a las víctimas para revestirse con su piel, para convertirse, en cierto modo, en ellas, y esto muestra claramente que el pensamiento religioso concibe a todos los participantes del juego de la violencia, tanto los activos como los pasivos, como dobles entre sí.
En Ayotzinapa, Guerrero, se encuentra la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, célebre por haber formado a Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, dos líderes guerrilleros en la década de los sesenta que fueron víctimas de la guerra sucia en México. Por el blog de Elia Casillas nos enteramos que el 26 de septiembre de 2014, los estudiantes del primer año de la normal decidieron recolectar fondos para financiar su participación en la marcha que paradójicamente conmemora la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968. Para su mala suerte ese día la esposa del Presidente Municipal rendía su informe de labores al frente del DIF y el evento era resguardado por la policía municipal, estatal y federal. Una nota periodística señala que la esposa del Presidente Municipal es hermana de dos famosos narcotraficantes. Esa misma nota dice que el cuñado del Presidente Municipal pagaba a éste hasta dos millones de pesos al mes por controlar a la policía municipal. Por lo que se puede aseverar que la causa de la muerte de los normalistas fue la corrupción. Abel Barrera, Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en un artículo de opinión de lasillarota.com describió lo acontecido de la siguiente manera:
En Japón, la burocracia es un poder y se le considera el cuarto poder. Ese modelo de eficiencia ideado por Max Weber, se transformó en algo negativo; el burócrata hace las cosas con desdén. Y el burocratismo se define como la influencia excesiva de los burócratas. En la última reforma política se modificó la Constitución federal para otorgarle al Instituto Nacional Electoral (INE) la facultad de designar a las consejeras y los consejeros presidentes y las consejeras y los consejeros electorales de los Organismos Públicos Locales (OPLES). El artículo 41, inciso V, apartado C, último párrafo establece:
La obra La conquista de la felicidad de Bertrand Russell parecería un libro de autoayuda o de superación personal si no fuera porque como su contraportada lo dice; contiene un proyecto de raigambre estoica que incluye una reflexión sobre el ser humano y su posición en el mundo. Para Russell las causas por las que un individuo puede ser infeliz se encuentran en el sistema social o en la psicología individual. El autor descubre que entre las clases más importantes de absorción en sí mismo se encuentra la del megalómano. En un comentario anterior al blog había especulado que el gobernador de Morelos era megalómano por una falta de autoestima, lo que no deja de ser un lugar común. En opinión de Russell el megalómano, a diferencia del narcisista, prefiere ser poderoso antes que encantador, y aunque el poder es un elemento de vanidad: “sólo se convierte en deplorable cuando es excesivo o va unido a un sentido de la realidad insuficiente”. En el caso comentado, no podría decir en qué hipótesis encaja nuestro gobernante, pero sí puedo afirmar que en cuanto al resultado cae en ambas. Así lo determina Russell: “Cuando esto ocurre, el hombre se vuelve desdichado o estúpido, o ambas cosas”.
En el texto “Fortalecimiento del arbitraje electoral y la competencia política” Leonardo Valdés Zurita reflexiona sobre las facultades de arbitraje del extinto IFE a partir de la reforma electoral del 2007-2008. El autor argumenta que las quejas “genéricas” deben desahogarse por la vía del Procedimiento Ordinario Sancionador (POS). Además se creó el Procedimiento Especial Sancionador (PES), para procesar denuncias por la comisión de conductas que afectan el desarrollo del proceso electoral.
En la obra La literatura y los hombres, Calasso se cuestiona si alguna vez los hombres alcanzaron la inmortalidad de los dioses. Y encuentra la evidencia en algún testimonio que sobrevivió hasta nuestros días.”Los Rbhu eran tres hermanos. Se llamaban Vaja, Rbhuksan, Vibhvan.” Calasso cita a Stella Kramrish, para quien los Rbhu eran “el arquetipo del artista”. Para el autor eran “excelsos artífices: carpinteros, herreros”.
Todo lo cual era muy peculiar porque una vez alcanzada la inmortalidad, los dioses se habían mostrado siempre malévolos y pérfidos con los hombres. Ponían su mayor empeño en borrar las huellas de sus sacrificios sobre la tierra, para que los hombres no pudieran imitarlos.